Creo Maya

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Nada mejor para representar la falta de una imagen apropiada

viernes, 24 de mayo de 2013

Resignificación de los signos de los santos en los productos culturales La rosa de Guadalupe y A cada quién su santo



Erick Adrián Paz González. Presentada en el I Coloquio universitario sobre Historia de las Religiones, organizado por la Sociedad Mexicana para el Estudio de las Religiones, Facultad de Filofofía y Letras, UNAM.

Los signos religiosos han tenido diferentes significaciones a lo largo del tiempo y han impactado en su contexto, desde ser la temática principal para varias etapas del arte hasta crear estereotipos como la que gira a la devoción a San Judas Tadeo.
Estos signos crean diferentes reacciones entre la población, en el caso de los productos culturales La rosa de Guadalupe y A cada quien su santo, se percibe una construcción diferente entre significados y significantes sobre los santos, construcción que resignifica los signos originales y a los ya resignificados a través del tiempo.
Tomando a Enrique Ginsberg[1], estos productos pueden crear una concepción nueva de los signos de los santos que puede derivar en apropiaciones, imitaciones y deseos de realizar lo visto, es decir, pueden apropiarse de los signos resignificados y pueden derivar a fenómenos sociales de diversos tipos.
Para poder comprender el fenómeno de la resignificación dada a los signos de los santos, abordaré aspectos de la religiosidad popular y de las experiencias religiosas desde una perspectiva católica para comparar el fenómeno con el deber ser de las enseñanzas católicas actuales con las que los productos culturales trasmiten.
El libro Religiosidad popular del español Equipo Seladoc[2] define a esta Religiosidad Popular como el lugar donde se expresa la religión y el hombre con toda su realidad. El Doctor Manuel Arias Montes la define  como la apropiación de los valores evangélicos de la Iglesia que permitió una encarnación profunda de la fe en su cultura y realidad social[3].
Esta religiosidad popular se vive y se expresa en un pueblo y en un contexto histórico concreto. Para descubrir el proceso de maduración de los valores de la religiosidad popular que hoy podemos captar, debemos tener en cuenta la trayectoria histórica del pueblo; debemos reconocer los aspectos ya sean positivos o negativos de la región y cómo ha influido la religión en ella.
En cada etapa de la historia de México se muestra un sincretismo religioso que determina la implantación de una religión ajena a la original pero que conserva características de ella. Se modifican así los signos de los santos como representantes de un Dios al que, en principio, no identificaban y tomaron diferentes significados, patronatos, ritos y tradiciones con quienes sí se identificaran; el ejemplo más claro de esto se da con la Santería o Regla de Ocha en Cuba y Sudamérica, donde los signos de los santos están completamente resignificados a grado tal de modificar totalmente su significado original[4].
William Madsen[5] define al sincretismo religioso como una clase de aceptación caracterizada por la adaptación consciente de una forma o idea extraña en términos de alguna contraparte indígena. Muestra como los misioneros católicos de la conquista olvidaron muchos de los vicios cometidos en Europa y así pudieron instaurar una religión más cercana a la “original” y más uniforme, donde la Virgen María y los santos constituyeron parte importante.
Los aspectos positivos de la religiosidad popular y que también son positivos para el desarrollo humano, de acuerdo al Equipo Seladoc, se resumen en[6]:
  • Apertura a la trascendencia, del reconocimiento de la realidad y se expresa por una búsqueda de Dios vivida como deseo y esperanza de liberación.
  • Búsqueda del sentido de la vida, descubrir que su vida está unida –mas no dependiente ni subordinada- a lo trascendente y que en lo religioso se puede encontrar una respuesta a sus aspiraciones. Es una búsqueda por dignificar al ser humano y relacionar con Dios todo lo cotidiano. A veces, es el deseo de vivir juntos, en fraternidad, justicia e igualdad. Muchas veces el pueblo expresa en ella su proyecto político y su estilo de vida.
  • Búsqueda de seguridad y de salvación. Surge del fuerte sentido de impotencia frente a la muerte, al dolor y a frustraciones. Expresa una firme creencia en el más allá de la muerte.
  • Sentido de pertenencia a un pueblo cristiano.
  • Riqueza ritual. Frecuentemente expresado en gestos ricos en contenido que expresan vivencias y sentimientos, y son la manifestación auténtica de un pueblo o grupo cultural.
  • Fuente de virtudes humanas.
  • Apertura al evangelio. En la mayoría, apertura para recibir el mensaje.
Los aspectos negativos se presentan generalmente cuando la religiosidad popular no es acompañada por animadores religiosos o cuando el evangelio no es anunciado o es presentado inadecuadamente. Más que afectar la estructura religiosa, atenta contra costumbres y hasta con la dignidad humana.
·         Ayuda a fomentar un sentido fatalista –donde suceden cosas independiente a la voluntad humana- y de resignación que impide a las personas tomar conciencia de su situación. En las clases alta y media da la impresión de ser un freno para todo compromiso auténticamente humano y cristiano.
·         A veces se torna alienante, lleva al hombre a esperarlo todo de Dios y le quita la posibilidad de responder y colaborar con todas sus capacidades. Se puede convertir en una religión-refugio, opresora y egoísta, cuando se transforma en compensadora de frustraciones y carencias.
·         Se torna además negativa y paralizadora cuando no presenta al hombre un proyecto histórico, y cuando no se inserta en la marcha de un pueblo.
·         Es, a menudo, aprovechada y explotada con fines comerciales. En lo cultual es posible que la religiosidad popular se aferré al objeto que le signifique seguridad, cerrando su dimensión auténticamente religiosa y confiere al objeto un poder mágico. Deforma y empequeñece la imagen de Dios cuando lo ata indebidamente a gestos determinados.
·         Además, “frente a una religiosidad cerrada se hace muchas veces difícil abrir un diálogo de fe.”[7]
De las experiencias religiosas, un tema muy complejo, pueden rescatarse algunos argumentos de William James y de Alfonso Navarro Castellanos con respecto a la Iglesia Católica, de donde provienen los santos.
A decir de James[8], existen dos niveles generales de experiencia religiosa: la individual y la colectiva. La primera se caracteriza por el bienestar espiritual a nivel persona, al cumplimiento de los dogmas religiosos para encontrarse en paz consigo mismo, mientras que el colectivo –del que quita importancia- responde a una interacción con la comunidad eclesial y a la búsqueda de un bien común.
Mientras James llega a desvalorar la experiencia colectiva, Navarro marca como necesaria la mezcla entre ambos niveles para que la experiencia funcione y sea “correcta” pues van en conjunto. La experiencia religiosa individual es importante sin importar la situación. Es necesaria una experiencia individual para realizar esa experiencia colectiva que fortalece la misma experiencia individual.
Pero no toda experiencia religiosa, ya sea individual o colectiva, puede ser “correcta” en términos del mensaje de la doctrina católica. James, en su capitulado El misticismo[9] deja entrever diversas alteraciones de estas experiencias conforme a la doctrina, marca la separación de la misma al adentrarse en devociones y cultos tan individuales, o bien, limitados en la colectividad que se vuelven experiencias aisladas del tipo “no creo en Dios pero creo en X santo”. Situaciones que limitan o eliminan cualquier tipo “real” de experiencia religiosa.
Los mensajes, entonces, son malinterpretados o sus receptores crean representaciones e ideas demasiado delimitadas o personales que pierden contacto con el mensaje original. La experiencia religiosa puede entonces cambiar completamente de sentido del mensaje original.

La resignificación en La rosa de Guadalupe
La rosa de Guadalupe es una serie mexicana producida por Miguel Ángel Herros en la cadena de televisión Televisa, cuyas señales han llegado a 140 países, han sido traducidas a más de 18 idiomas diferentes y han abierto nuevos mercados en Asia y África[10].
Desde el 5 de febrero de 2008 comenzó la transmisión del producto y ahora llega a México, Ecuador, Puerto Rico, Colombia, Perú, Venezuela, República Dominicana, Paraguay, Panamá y Estados Unidos.
El producto cultural se transmite los días lunes, miércoles y viernes a las 17:15 horas y tiene duración de una hora –contando comerciales-; el canal 2, señal en que se trasmite, tuvo en 2011 una participación de audiencia de 32.6% en el horario estelar de 16:00 a 23:00[11].
A cada quien su santo inició su transmisión el 12 enero de 2009, producida por Genoveva Martínez en TV Azteca. Su transmisión llega a América Latina, siendo los principales países Panamá, Puerto Rico, Venezuela, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Paraguay, Costa Rica, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Argentina[12].
Televisado en México todos los días a las 16:15 horas con duración de una hora, este producto usa un santo diferente en cada transmisión con casos “extremos” de conflicto familiar, laboral, académico, personal y su devoción desata el nudo de la historia hacia un “final feliz”.
Comenzaré con el análisis de La rosa de Guadalupe, partiendo de su sinopsis (negritas de origen) que, en primer plano, tiene mala redacción:
La fe mueve montañas y la Virgen de Guadalupe se ha convertido en estandarte de millones de mexicanos, quienes le piden milagros y socorro en casos difíciles a la Virgencita.
¿Cuántos de nosotros hemos ido a la Villa de Guadalupe y nos hemos hincado ante la imagen de la Morenita?, ¿Cuántas ciudades y pueblos de provincia tienen su propia "villita" de Guadalupe? ¿Cuántas veces hemos encendido una veladora en momentos de aflicción y la hemos colocado en algún altar? ¿Y cuál es el motivo?...¡un Milagro!... entre los millones que la Guadalupana ha obrado en sus hijos.
Cada uno de esos milagros se traduce en una historia, que nutrirá el contenido de La Rosa de Guadalupe. Historias de amor, desamor, esperanza, lucha e intriga, donde se abordarán temas como la prostitución, violencia intrafamiliar, drogadicción, entre muchos más.
Una rosa blanca, aparecerá como símbolo de los milagros o las peticiones, que el personaje o protagonista de la historia invocará, siempre ante la imagen de la Virgen de Guadalupe.
En la Basílica, siempre ubicaremos entre los fieles a aquel personaje que viene a pedirle a la Virgencita un milagro, y que regresará después a darle las gracias a la Morenita del Tepeyac por la bendición y milagro realizado.
La Rosa de Guadalupe es una telenovela compactada y contada a toda su intensidad en una sola hora; es un programa de divertimento familiar, que nos permite emitir mensajes positivos, llenos de esperanza y de lucha.
Todos tenemos una historia de lucha y esperanza, ¡cuéntanos la tuya![13]
Las negritas muestran sus nombres–Virgen, Virgencita, Morenita, Guadalupana, Morenita del Tepeyac-, los elementos que se asocian a ella –fe, milagros, socorro, Villita, Basílica- y el nombre del producto cultural. Esto denota acompañamiento, amistad y ayuda por parte de la Virgen y, claro, relación con el producto.
Se muestra cómo se utiliza el signo de la Virgen para lucrar, donde se cae en un error de la religiosidad popular: la Virgen es aprovechada y explotada por una sociedad de consumo con fines comerciales.
Además, se muestra de manera general el sentido que tomará el producto cultural, indica que sólo tratará temas milagrosos acerca de problemáticas comunes, pero difíciles y exageradas que se resuelven solamente con ayuda de la Virgen. Deja ver el melodrama y la inverosimilitud.
Para realizar la resignificación, se analizaron capítulos transmitidos en noviembre y diciembre de 2012 (663 al 675 y el capítulo 334 que fue retransmitido), hasta encontrar una constante en la resignificación del signo de la Virgen; organizados en un esquema donde se sintetizaba la situación o problemática, la reacción ante el o los problemas -donde se vea involucrado el signo de la Virgen- y la solución que tienen en el capítulo, entendiendo a la solución como las acciones que “mejoran” la situación de los personajes. El milagro se hace presente al encontrar la solución y se ve marcado por la presencia de una rosa blanca aparecida mágicamente como señal de que surgirá y, después, casi al final o al final, viento mágico que denota el milagro cumplido.
Además, el producto “permite emitir mensajes positivos, llenos de esperanza y de lucha”, centrados estos mensajes en una moral cambiante o inestable. La construcción del programa, además, deja ver una gran explotación del melodrama, incluso contraria a la ética periodística y muestra inverosimilitud en muchos casos.
Todos los capítulos analizados contienen situaciones negativas, de sufrimiento o desesperación.
El producto, sin embargo, deja muy de lado a la Virgen y en capítulos como El síndrome del emperador, se deja completamente a un lado y se retoma de manera casi incidental al final, es decir, surgen dos hechos: se usa la virgen como mero pretexto para las historias, y se deja un mensaje fatalista, donde las personas no hacen nada para mejorar su condición. Cuando esto último sucede, el “aire” final causa un efecto que obra de manera completamente milagrosa al cambiar la postura o la visión de las personas o simplemente les permite “darse cuenta” del milagro. Fatalismo en todo su esplendor.
Las historias que se presentan están dirigidas a amas de casa con hijos adolescentes y jóvenes, lo que también permite compartir con ellos. Las historias, a pesar de ser exageradas, tienen niveles de verosimilitud aceptables gracias al contexto en el que se incluyen y la relación con la Virgen y sus milagros se da de igual manera: de manera general, no se presentan milagros extraordinarios que afecten el ritmo ni la credibilidad.
En todos los capítulos, las historias se dan causalidad, es decir, las personas comenten algún error para que se desarrollen, el problema inicial siempre se complica por la falta de moral o como castigo por algún error. Esto se convierte en un problema pues connota responsabilidades exageradas por las acciones, colocándolas incluso como consecuencias únicas y exclusivas de las acciones que empeoran con elementos incidentales, y con un ligero sentido de responsabilidad divina, como el no brindar protección.
En capítulos como La edad de merecer, este sentido divino es lo que acapara toda la responsabilidad, se muestra entonces la característica alienante de la Religiosidad Popular, ya que la madre nunca intentó realmente dar una educación sexual a su hijo prepuberto, sino lo hizo indirectamente y la Virgen es quien realizó mágicamente el cambio en él. La madre no hizo nada.
Se muestra también la carga y responsabilidad que conlleva la madre con una tendencia a exagerar y un padre despreocupado o demasiado tolerante, lo que trasmite y refuerza la diferencia entre hombres y mujeres dentro del hogar bajo estereotipos con tinte machista.
Con respecto a los mensajes, se denota esperanza, deseos de salir adelante y cambiar con la fe de por medio, aunque esto no se muestra en todos los capítulos pues más bien se deja ver la parte de la desesperación y la angustia.
Con estos elementos se demuestra un uso utilitario de la Virgen, que la Iglesia Católica critica como usar a Dios y a los santos como “botiquín”, es decir, acercarse a ellos sólo cuando hay problemas. A esto se une, nuevamente, el sentido fatalista y alienante, además de demostrar como el signo de la Virgen se deforma y empequeñece al atarla a acciones comunes y de necesidad inmediata.
La resignificación de la Virgen, entonces, apela al acompañamiento físico y a un sentido de utilidad y nunca se menciona el hecho de ser madre de Dios, santa u otros elementos que puedan caracterizarla, solamente se le reza y se le pide en las situaciones en que se ven involucradas los personajes. Su significado apela a los milagros instantáneos, al “botiquín”.
El significante de la Virgen también es modificado, tanto los materiales como los estilo, donde tiene cabida la representación a caricatura denotan también sentido de pertenencia y retira seriedad a la imagen que posee un plano positivo y otro negativo, el primero por el acercamiento con la Virgen y el segundo por la pérdida de seriedad que afecta la autoridad que puede representar.
Los aspectos positivos de la Religiosidad Popular también existen, aunque son retomados al final al ser los menos. Se muestra la apertura a la trascendencia, las personas se reconocen en el error y buscan a la Virgen, sin embargo llegan al grado de esperarlo todo de ella. La búsqueda del sentido de la vida sólo se da al intentar relacionar con la Virgen el quehacer diario, aunque se llegue a extremos del fatalismo, se olvida del crecimiento personal y del nivel social.
La Búsqueda de seguridad y de salvación también se hace presente, se da el sentido de acompañamiento y la fortaleza, peor, igualmente, hacia un sentido fatalista y alienante. También se manifiesta fe.
Sin embargo, ni el sentido de pertenencia se da, salvo en apropiarse a la Virgen según su significante, ni se muestra una fuente verdadera de virtudes humanas pues la moral es cambiante (lo más inestable se ve en el capítulo El amor todo lo vence, donde el amor de dos jóvenes –y la Virgen- salva a un perro que un exnovio loco envenenó), tampoco existe la Riqueza ritual, más que en una experiencia religiosa individual, ni mucho menos se da una apertura al Evangelio, pues todo nivel religioso fuera de la Virgen es simplemente inexistente.
La resignificación de la Virgen, entonces, se puede resumir como un signo sin significado, donde el significante puro lleva los milagros; este nuevo signo se separa de toda relación religiosa, tornándola incluso absurda ante la fe católica vista desde la Religiosidad Popular, donde la Virgen vivió como “Evangelizadora de América Latina”. Lo que puede hablarse de esta resignificación, es que alienta la experiencia religiosa individual, pues se entabla una relación objeto-sujeto demasiado estrecha aunque, repito una vez más, se vuelve fatalista y alienante; anula toda particularidad y originalidad en la identidad de las personas.

La resignificación en A cada quien su Santo
Se analizaron once capítulos correspondientes a la transmisión anterior al 7 de diciembre, de manera inmediata siguiendo la periodicidad.
Las historias de este producto cultural están muy relacionadas con los santos y sus diferentes patronatos, es decir, aparecen capítulos relacionados a San Fiacre patrono de los jardineros o Santa Mónica, patrona de mujeres y de matrimonios con problemas y otros santos relacionados a todo tipo de necesidades.
Aunque las historias son similares en inverosimilitud que La rosa de Guadalupe, sí tendrían credibilidad en un público de gran fe o adicto a la ciencia ficción. La fe se ve muy representada en el producto pues es el centro de las tramas, los signos de los santos tienen gran peso e importancia en todas las historias y sí se muestra contenido religioso acorde a cada santo.
A diferencia de La rosa de Guadalupe, A cada quien su Santo se muestra más acorde con la Religiosidad popular y las experiencias religiosas colectivas, aunque también cae en los vicios, pero en menor medida.
Se muestran muchos elementos mágicos tanto de los santos como de la brujería y el significado de los primeros se altera al relacionarlo un poco con la santería, creencia que se encarga de estudiar las “propiedades” de cada santo para usarlos en fines específicos, algo como brujería religiosa; esta práctica es opuesta a la doctrina católica pues desplaza a Dios como centro de la fe y reduce o nulifica su existencia, además de alterar el significado de los santos. Y también se usan como “botiquín”
Generalmente se apela al significante pues sólo se nombra al santo y su patronato pero se le pide referido al signo en su conjunto. En este producto se muestra mucho la dependencia hacia el signo del santo y las emociones que se vierten sobre él son variadas pero tanto exageradas, podría decirse que en algunos capítulos se llega a humanizar al significante pero nunca se apela totalmente a su significado, excepto en La locura de la razón, donde literalmente el santo se vuelve humano, y otros ejemplos en la serie donde tiene una interacción real con las personas que se acercan al santo, aunque sea mayor a través de su significante.
La apertura a la trascendencia se cumple totalmente al buscar ayuda de los santos, mas nunca de Dios, y se muestra cierta tendencia a la liberación ya sea de esquemas que truncan la libertad o que atentan contra la dignidad.
La Búsqueda del sentido de la vida se muestra en todos los capítulos al relacionar con los santos acciones cotidianas, sin llegar a niveles totalmente alienantes pero sí fatalistas. Se ve un poco el sentido de dignificación y la experiencia religiosa colectiva se manifiesta al llegar a esferas más allá de las individuales y familiares.
En este producto cultural, la Búsqueda de seguridad y de salvación  se ve más fuerte pues, al ser los santos y su obra el centro de todo capítulo, son quienes directamente dan acompañamiento y apoyo a las personas, les dan esperanza y deseos de seguir. También se hace implícita la creencia en el más allá de la muerte.
Al ver en los santos un contexto, se muestra cierto grado de pertenencia a un pueblo cristiano y expresiones rituales propias a cada uno de ellos. La fuente de virtudes humanas se muestra en algunos capítulos pues los contenidos son más humanistas y las situaciones, donde se da más participación de las personas, propician un aprendizaje de calores y una moral más estable, todo con relación al producto cultural anterior.
La apertura al Evangelio no se da en sí, pero sí la apretura a aprender sobre temas religiosos de distinta índole como las vidas de los santos, ritos eclesiales como el rosario u otras enseñanzas que impiden a las personas seguir ciegamente a los santos presentados.
Sin embargo, el sentido fatalista se da en gran medida, aunque menos que en La rosa de Guadalupe, la Religiosidad Popular en su sentido alienante no es tan fuerte pues las personas sí colaboran cuando piden el milagro, al menos en muchas veces, y no es tanto compensadora de frustraciones y carencias, pues sí invita a la superación, o al menos no la trunca.
El poder mágico es muy presente en este producto, desde algunos milagros inexplicables, la brujería y hasta la personificación de los santos denotan que ellos tienen cualidades mágicas. También se elimina la imagen de Dios pues los santos toman el plano relevante, y también estos llegan a tener un uso de “botiquín”.

Relaciones a manera de conclusión
Ambos productos se relacionan con una ausencia parcial o total de sacerdote u otra autoridad de una iglesia establecida, lo que es elemento importante de la religiosidad popular pues permite la transmisión de los mensajes religiosos entre comunidades de fieles. Y esto es lo que hace peligroso al producto cultural pues las alteraciones que se dan en los signos presentados se reproducen en la población de forma casi íntegra de como son resignificados.
Esta resignificación, como se ha intentado mostrar, rompe con las concepciones del signo de cada santo establecidas por la religión católica y crea unas orientadas a la utilidad, que responde de manera inmediata a las necesidades y apelando mayoritariamente al significante. Se reduce la intención y la relación entre los elementos que le dan sentido al signo.
Un aspecto más marcado en La rosa de Guadalupe responde al sentido fatalista donde los personajes no pueden tomar decisiones por sí mismos. Si bien la fe pide creen en Dios y esperar en él –que también se altera pues se cree sólo en la Virgen y los Santos-, quienes se presentan en estos productos culturales no conciben la solución a sus problemas si no es por intervención divina, sólo se centran en el error y en los significantes y no se relacionan debidamente con su contexto y realidad.
Sin embargo, también contienen aspectos positivos en perspectiva de la religiosidad popular y de valores humanos. A cada quien su Santo muestra “una especie” de proyecto de vida a través de las enseñanzas, haciendo que las personas conozcan un poco al santo e intenten mejorar su vida con los ejemplos que recrea y, en ambos productos, la información sobre derechos u organizaciones. Se puede decir que el programa propone una inserción de valores en la sociedad, aunque sean poco aplicables y se ven en casos aislados.
En todos los programas se presenta una apertura a la trascendencia, donde las personas buscan ser mejores, así como la búsqueda del sentido de la vida, de seguridad y salvación y acompañamiento. Lo que afecta estos puntos es que no se logran consumar ninguno pues el mensaje los retoma pero no logra aterrizarlos y esto se muestra en que sólo queda en un sentimiento o aprendizaje inmediato que después puede desaparecer.
En el sentido de la experiencia religiosa, se da una mezcla “extraña” pues la experiencia individual es muy presente al ponerse al cuidado de la Virgen y los Santos y la colectiva se da entre la familia u otros miembros cercanos a los que se les pude identificar como una pequeña comunidad, el riesgo está en que no comparten realmente una identidad y esta experiencia colectiva no se concreta correctamente y no se comparte.
También se muestra muchas veces el error de cuestionar la fe, elemento necesario para el crecimiento en la experiencia religiosa individual pues obliga a indagar soluciones, y en el plano social hace entrar en un dogma que al caer en resignificaciones sin regulación se convierte en una amenaza tanto para la fe como para la persona en su crecimiento personal y espiritual.
Al ser un producto dirigido a amas de casa principalmente, reproducen estas resignificaciones en sus hogares y pueden alterar aún más el significado original de los signos y caer en los vicios de la Religiosidad Popular, además que pueden ocasionar miedo, ansiedad y dilemas de índole hasta existenciales en los auditorios al mostrar casos tan exagerados y que algunos son verosímiles, o que causen miedo o necesidad de devoción a quienes creen en este tipo de milagros.
Como percepción pues se requiere de un estudio hacia las audiencias,  existe una burla a las creencias de las personas ya que se muestran exageraciones, desde las historias hasta las formas de devoción y las soluciones; aparenta ser irrespetuoso y generador de malas concepciones de los santos, de la verdadera Religiosidad Popular y de la experiencia religiosa individual y colectiva. Esto sin mencionar la forma en que quienes no comparten la religión católica toman estas resignificaciones y evalúan a la religión en base a ellas.




Bibliografía:
Arias Montes, Manuel (1995). Y la palabra de Dios se hizo indio. Teología y práctica para una catequesis inculturada y liberadora. Una propuesta desde Oaxaca, México. Dabar, México, 1998.
Equipo Seladoc (1976), Religiosidad popular, Ediciones Sígueme, España.
Guinsberg, Enrique, Control de los medios, control del hombre, Plaza y Valdés, México, 2005
http://www.televisa.com/inversionistas-espanol/, consultado 5 de diciembre 2012.
https://www.irtvazteca.com/, consultado el 5 de diciembre de 2012.
James, William (1994), Las variedades de la experiencia religiosa, Península, EUA
Lorenzen, David (Comp.) (1982),  Cambio religioso y dominación cultural, El Colegio de México, México.
Navarro Castellanos, Alfonso (2009) Pastoral de Seguimiento. Discípulos y Apóstoles, Ediciones SINE Central, A.R., México.
Televisa, “Sinopsis”, en  http://televisa.esmas.com/la-rosa-de-guadalupe/sinopsis.php, consultado el 05 de diciembre de 2012
Televisa, Resultados del cuarto trimestre y año completo 2011,  consultado en http://i2.esmas.com/documents/2012/02/17/2343/resultados-del-cuarto-trimestre-del-ano-y-complemento-2011.pdf, el 5 de diciembre de 2012.
Unidades de Negocio - Resto del Mundo, en https://www.irtvazteca.com/business/programacion.aspx, consultado el 5 de diciembre de 2012.
Zaldivar Gama, Irais Paola, “Un año de éxito”, en http://www.azteca.com/notas/acadaquiensusanto/1465/un-ano-de-exito, consultado el 5 de diciembre de 2012


[1] Guinsberg, Enrique, Control de los medios, control del hombre, Plaza y Valdés, México, 2005
[2] Equipo Seladoc (1976), Religiosidad popular, Ediciones Sígueme, España, 379 páginas.
[3] Manuel Arias Montes. Y la palabra de Dios se hizo indio. Teología y práctica para una catequesis inculturada y liberadora. Una propuesta desde Oaxaca, México. Dabar, México, 1998, p. 87
[4] Igor Zabaleta, Sincretismo religioso y los cultos animistas. La santería, el Vudú…, EDIMAT Libros, España, 2005, págs. 71-99
[5] William Madsen, “Sincretismo religioso en México”, en Lorenzen, David (Comp.) (1982),  Cambio religioso y dominación cultural, El Colegio de México, México, págs. 139-168
[6] Equipo Seladoc, págs. 32-36
[7] Madsen.
[8] James, William (1994),  Las variedades de la experiencia religiosa, Ed. Península, E.U.A. páginas 343-362
[9] Ibídem. págs. 343-362
[10]Unidades de Negocio - Resto del Mundo, en https://www.irtvazteca.com/business/programacion.aspx, consultado el 5 de diciembre de 2012.
[11]Televisa, Resultados del cuarto trimestre y año completo 2011,  consultado en http://i2.esmas.com/documents/2012/02/17/2343/resultados-del-cuarto-trimestre-del-ano-y-complemento-2011.pdf, el 5 de diciembre de 2012.
[12] Zaldivar Gama, Irais Paola, “Un año de éxito”, en http://www.azteca.com/notas/acadaquiensusanto/1465/un-ano-de-exito, consultado el 5 de diciembre de 2012
[13]Televisa, “Sinopsis”, en  http://televisa.esmas.com/la-rosa-de-guadalupe/sinopsis.php, consultado el 05 de diciembre de 2012