Creo Maya

Creo Maya
Nada mejor para representar la falta de una imagen apropiada

jueves, 1 de diciembre de 2011

Sandra

Salió de su casa. Por alguna extraña razón el clima no le pareció el de todos los días. No supo porqué.

Caminó unos metros hacia el lado bajo de la calle. Vio un perro. Un cachorro. La miraba… no importó.

Como cualquier día tomo el camión a las últimas horas de la madrugada, espero unos segundos antes de abordarlo. Por la ventanilla observó un automóvil. Dentro había un perro. Un cachorro. Le mostró la lengua… no importó.

Llego a la escuela, a una pequeña universidad con algo de prestigio. En la entrada, un perro. Un cachorro. Le ladró, se asustó… no importó.

El día de hoy saldría con sus amigos. La casa estaba sola. Había cerveza. Subieron al auto. Había un perro. Un cachorro. Lo atropellaron… no importó.

Su habitación, sola, el alcohol invadió su sangre. Se tiró en la cama. Junto a ella, un perro. Un cachorro. Ella murió… no importó…